X: - Es mi libro favorito, la verdad...
Y: - ¡No te puedo creer! ¡El mío también!
X: - Me encanta como hace el tipo para crear toda esa genealogía, ese uso temporal de los nombres propios...
Y (?): -Sí. Es fascinante.
X: -Podría pasar horas hablando de Macondo, me lo sé de memoria.
Y: -Jeje. Bueno, yo no tanto, pero también.
X: -Mirá, justamente tengo pensado armar el final de Latinoamericana en base al simbolismo que el tipo hace de los nombres, los paisajes, el uso del tiempo…
Y: -…
X: - Me encantaría que me ayudaras, así hacemos un análisis jugoso…Lo desmenuzamos. ¡Qué bueno que te guste tanto como a mi!
Y (!): -Bueno, no se si podré
X: -¡Dale! ¡Venite mañana a la noche a casa, así empezamos!
Y: -Estemmm, bueno, dale…
//Corte a:
X (a la cámara): - Esa fue la causa por la cual tuve que emprender la febril tarea de leer “Cien años de soledad” en menos de 30 hs. ¡Dios! No aprendo más. Las cosas que soy capaz de hacer. No se si sentirme orgulloso o miserable. Pobre Gabo, lo que te putee ese día. A partir de ahí es que odio a García Márquez, solo basta con que alguien lo nombre para que un escalofrío me suba por la espalda…