(otras veces escribo ficcion, asi debe leerse este folletin por entregas)
La invasion empieza con el cepillo de dientes
Bueno, logicamente es feo tener que desayunar con alguien que tiene mal aliento. Ni hablar de tener que besarla en la boca. Entonces es entendible que si se quedo a dormir, y lo suele hacer con inquietante frecuencia, se traiga un cepillo de dientes. Pero ahora comienza la invasion silenciosa. Despues trae algun CD porque alguna vez dije que me gusto algun track. Alguna ropa interior por si se baña en casa. Y asi, lentamente va creciendo el monstruo diario de la convivencia.
Maldito feng shui
Vivia tranquilo. Solo, como tantas veces. Depto centrico, expensas bajas. Iluminado. Minimalista, a falta de muebles. Decorado por una ex devenida en amiga con pretensiones de diseñadora de interiores. Pero ella es una extra en esta historia. La protagonista es otra: Paula, aquella que estaba empezando a invadirme. Vivia con sus padres y necesitaba independizarse, tener la libertad que no hallaba en su casa. Entonces no tuvo mejor idea que buscarla en mi casa, sin importarle terminar con mi independencia, mi libertad lograda a costa de grandes sacrificios varios años atras. Bueno, en realidad, como tantas veces, la culpa la tuve yo. Es que, como tantas veces, no se decir que no. Fui viviendo, soportando todas las etapas de la ocupacion hasta que llego el feng shui.
(to be continued)